Cada vez más hombres eligen ser maestros jardineros
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Cada vez más hombres eligen ser maestros jardineros
 
Ver imagen Se trata de una carrera vinculada históricamente a las mujeres. Derribando prejuicios y estereotipos, se suman más hombres a cargo de la educación inicial

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Fecha:29/05/2023 8:18:00 
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Se celebra hoy en la Argentina el Día de los Jardines de Infantes y de los maestros jardineros. La fecha se instituyó en homenaje a la educadora riojana Rosario Vera Peñaloza, quien fundó el primer jardín de infantes en el país en 1898 y fue conocida como la Maestra de la Patria, debido a su dedicación y su trayectoria hasta su fallecimiento, el 28 de mayo de 1950. Muchos años pasaron desde entonces y hoy la tarea de educar a los niños en su primera infancia dejó de ser una actividad ligada casi exclusivamente a las mujeres. Si bien siguen siendo mayoría, este año el profesorado de Nivel Inicial en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) tiene un récord de estudiantes hombres. Ana Schaab, la coordinadora de la carrera, comentó a UNO: “Nosotros desde el Profesorado estamos muy contentos porque hoy en día tenemos a cuatro o cinco estudiantes, que en comparación de otros años es un montón. A nivel nacional hay un poco más de hombres que son docentes de Nivel Inicial, pero hay todavía una resistencia importante y hay que ir rompiendo con estos estereotipos”.

En este marco, analizó: “Esto tiene que ver con lo cultural, con una mirada que aún se tiene de los jardines y de la ´seño´ desde lo maternal, como una segunda mamá. Y en realidad somos profesionales de la educación, con una formación que es sumamente completa y compleja, en una carrera que dura cuatro años y que hoy tiene una salida laboral inmediata porque hay una demanda impresionante de docentes de jardín. Estamos para educar, enseñar y sostener a esas primeras infancias”.

Fabián Cortesi es de Colonia Avellaneda y es uno de los ingresantes este año en la Uader y contó a UNO: “Tendríamos que normalizar esta carrera para los hombres. En mi caso la elegí para llevarla al ámbito del deporte. Cuando hablo de educación no solamente hablo de valores, si no de trabajar para dar herramientas para que puedan resolver problemas cotidianos con ejercicios y actividades en una institución educativa”.

Alan Gómez es de Paraná y cursa el Segundo Año y señaló: “Ya venía estudiando el Profesorado de Nivel Primario y di clases en una escuela, pero ahora estoy estudiando y aprendiendo más de la infancia en el Profesorado de Nivel Inicial. Me está gustando muchísimo poder trabajar con juegos dentro de la sala, compartir las secuencias del mundo de los cuentos y demás”.

“Creo que todavía hay prejuicios y la sociedad en general no está preparada para ver que un varón esté en este rol, cuando tradicionalmente siempre hubo una mujer como la cara visible como docente en un jardín. Pero yo me planteo que donde pueda estar en contacto con esos peques y brindarles un mundo mejor, ahí voy a estar. Porque a partir de la educación se puede enseñar que nuevos mundos son posibles y tender puentes que hagan de sus infancias un lugar mejor a los niños que necesitan contención”, reflexionó en torno a su elección de ser maestro de jardín.

Santino Gaioli, quien también vive en Colonia Avellaneda, es el estudiante varón más avanzado de la carrera. Está en cuarto año, va a ser el primer egresado hombre como profesor de Nivel Inicial de la Uader, y explicó a UNO: “Me incliné por esta carrera porque tengo mucha empatía y buena relación con los niños. Desde hace muchos años me encanta la idea de ser docente y poder educar, porque la tarea en el aula permite legitimar derechos y un montón de cuestiones”.

A su vez, refirió: “Cuando empecé era el único hombre y hoy somos más. Creo que las nuevas formas de ver la masculinidad abre esta posibilidad de romper con los estereotipos y que más hombres se acerquen a querer ser docentes de Nivel Inicial. Mi familia nunca tuvo prejuicios, pero sí hubo conocidos que me decían que no sabían que los hombres pueden estudiar esto, o inclusive hay gente que piensa que es una carrera fácil, en al que se estudia poco, cuando en realidad es una formación muy exigente, con mucha carga horaria y en la que se aprende muchísimo”.

“Cada vez más confirmo que es mi vocación. Arranqué en el 2020 y fueron dos años en medio de la pandemia, solo de teoría y en forma online. Recién el año pasado tuve prácticas y me quedé enloquecido y me motivó mucho más seguir estudiando esta carrera. Lo importante es tener un buen vínculo con los niños, poder enseñarles”, añadió con entusiasmo.

Una grata labor
Lucas Giménez y Luis Gallardo son maestros jardineros oriundos de Santa Fe pero hoy viven en Entre Ríos, donde hace tiempo ejercen la docencia.

En el caso de Lucas, se recibió en 2005 y actualmente vive en Viale. “Hace 18 años que soy maestro jardinero. En esta labor el 99% son satisfacciones, pero la más grande fue darles clases a mis hijos, Amílcar de 11 años y Malena de 6”, aseguró a UNO.

Si bien confió en que todavía hay muchos prejuicios en torno a que un hombre cumpla este rol, a él nunca le faltó trabajo y al poco tiempo de recibirse lo llamaron para desempeñarse en el jardín de una escuela privada de la localidad en la que reside con su familia y donde ya todos lo conocen.

Fiel a su vocación, eligió esta carrera convencido y tuvo siempre el apoyo de sus amigos y familiares. “Desde chico tuve buena onda con los más pequeños y me anoté sin dudarlo. Siempre me sentí apoyado y con siendo docente coseché muchísimas amistades”, subrayó, reivindicando su profesión.

Luis también también tiene muy marcada su vocación. En la actualidad da clases en Paraná en la modalidad educativa domiciliaria hospitalaria en el hospital materno infantil San Roque y expresó a UNO: “Yo estaba haciendo el profesorado de música en el Liceo Municipal en Santa Fe y estaba en segundo o tercer año haciendo las prácticas. Fui a un Secundario y a una escuela Primaria y medio que me no gustaba, pero cuando llegue al jardín sentí algo especial al ver que los chicos eran tan naturales, tan ingenuos en algunas cuestiones, como el pelearse y amigarse enseguida siempre transparentes y sin conflicto para decir las cosas como son. La verdad me impactó mucho eso y dije ´esto es lo que quiero´. Así que hablé con mis padres, les dije que cambiaba la carrera que me iba poner estudiar eso y me recibí en el Instituto N° 8 de Santa Fe”.

Acto seguido, contó: “Estuve un tiempo en Bariloche trabajando allá y fue una experiencia hermosa. Me han tocado zonas muy inhóspitas antes. También he trabajado en jardines, en colonias, y ahora estoy en Paraná trabajando en educación hospitalaria, algo bastante fuerte. Es una actividad que no es para todos, en la que hay que tener fortaleza porque hay que trabajar con chicos que tienen leucemia, otros con realidades muy fuertes, otros que sufrieron abusos y maltratos. Son situaciones difíciles y uno lo que hace es sacarlos del dolor y volver a insertarlos en el jardín, en ese espacio donde se tienen que sentir seguros, donde se juega, se aprende, donde hay vínculos socioafectivos muy fuertes. Me parece super importante ese trabajo y por eso sigo eligiendo esa modalidad mientras puedo”.

“Estas son las mayores satisfacciones de este trabajo: ver la sonrisa de los chicos cuando voy o les digo que vamos a jugar o a hacer actividades. Es una retroalimentación hermosa que tengo y me llena muchísimo lo que aprendo con ellos con estas cuestiones de perdonar, de ser más simples y no complicarme tanto la vida”, dijo a modo de conclusión el docente, que hoy celebra su día.



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