El Gobierno nacional anunció que entró en vigencia la reducción de los derechos de exportación para las economías regionales. La medida fue publicada en el Boletín Oficial a mediados de diciembre y el objetivo central es estimular a estos sectores, para que generen divisas adicionales por USD1.145 millones en los próximos cinco años. La normativa dará sus primeros pasos en el contexto de una disputa entre la Casa Rosada y el campo por la continuidad de las retenciones, a partir del rechazo de la oposición al Presupuesto 2022.
Uno de los fundamentos de las Resoluciones 851 y 852/2021 es el potencial de la demanda de alimentos orgánicos, que permitirán sumar valor agregado a la producción primaria. En este sentido, destacaron que este modo de producción implica la elaboración de alimentos diferenciados, con puntos centrales como la sustentabilidad ambiental, una mayor generación de mano de obra y la posibilidad de incrementar el saldo exportable.
El estímulo a las economías regionales es uno de los apartados incluidos en la ley que el oficialismo presentó en el ámbito legislativo para la agroindustria. En base a una serie de incentivos fiscales, buscarán que todo el complejo agroexportador pueda sumar USD6.140 millones a la economía argentina durante los próximos cuatro años.
Esta rebaja impositiva forma parte del proceso de negociaciones que en 2021 mantuvieron la Casa Rosada y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) para impulsar a las economías regionales. En junio del año pasado se eliminaron las retenciones a un listado de productos de estas cadenas de valor y la normativa benefició a las producciones de miel, huevo, pimienta y otras especies aromáticas, semillas de papa, girasol, arroz y aceites.
El Ministerio de Agricultura destacó que el mayor impacto será en maíz pisingallo, lana, semillas de sorgo, cebada, maní y aceite de maní, que desde ahora no tributarán más derechos de exportación. También se redujo en 5 puntos el impuesto para producciones de trigo, soja y maíz que acrediten certificación orgánica y para productos rotulados como orgánicos y biológicos. La medida apunta a especialidades y economías regionales, que pagan hasta 5% en este concepto.
La nueva estructura arancelaria prevé una quita total de retenciones en maíz pisingallo, grasas, aceites y productos regionales como aceites de tung, ricino, uva y cera de abejas. El beneficio también se extiende a productos de la molinería que estaban alcanzados por un gravamen de 4,5% y ahora estarán exentos. Entre ellos, se destacan harinas de avena, centeno, garbanzo, lenteja, porotos, granos perlados o triturados de avena, copos de papa, fécula de papa y mandioca. Por otro lado, también se eliminaron los derechos de exportación en alimentos con valor agregado, como preparaciones de pepinos, hongos, arvejas, maíz dulce, espárragos, alcauciles, palmitos y jaleas frutales.
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