Su hija Clarisa Sobko brindó sus sensaciones y reflexionó: “Anoche me sentí contenta de por lo menos tener una sentencia, y pensé mucho en mis abuelos paternos, en mi tío que tanto extraña a su hermano, y en mis primos con quienes hemos sabido construir una historia, más allá del deseo de olvido y de desintegración familiar que hubo en este Terrorismo de Estado”. “Anoche pude pensar en lo avanzado, en que después de más de 40 años tenemos otra sentencia más y que en la causa se ve que Capellino, que parecía ser nada más que un firmante de un certificado de defunción, no ha sido solamente eso sino que ha sido un engranaje clave en la cantidad de personas que cometieron el terrorismo de Estado en la última dictadura cívico militar”. Además, cuestionó que en esta causa “quedan muchísimos puntos oscuros porque desde que se presentaron los alegatos hasta ahora pasó mucho tiempo” y advirtió que “la sensación es que si no lo hacemos nosotros, la Justicia no avanza y el Poder Judicial no investiga, así que con el grupo de querellantes veremos en qué avanzamos y en qué no, porque no nos da el cuerpo ante tantas cosas”.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Sobko sostuvo que tras escuchar el adelanto de sentencia “anoche pude pensar en lo avanzado, en que después de más de 40 años tenemos otra sentencia más y que en la causa se ve que Capellino, que parecía ser nada más que un firmante de un certificado de defunción, no ha sido solamente eso sino que ha sido un engranaje clave en la cantidad de personas que cometieron el terrorismo de Estado en la última dictadura cívico militar”.
“Anoche me sentí contenta de por lo menos tener una sentencia, y pensé mucho en mis abuelos paternos, en mi tío que tanto extraña a su hermano, y en mis primos con quienes hemos sabido construir una historia, más allá del deseo de olvido y de desintegración familiar que hubo en este terrorismo”, reflexionó.
“Mi tío que es médico fue partícipe incluso hasta de aconsejar, al ver el certificado de defunción que labra Jorge Capellino, y eso no se lograba si la familia estaba separada como al principio pasó por culpa del terrorismo de Estado. Estar en contacto con mis primos y mi tío y contarles lo que pasó con la sentencia me pone muy bien, y que nos encuentre una sentencia así. Pensé mucho en los Pedros y las Olgas, porque mi abuelo era Pedro Sobko y mi abuela era Olga, y mi papá era Pedro y mi mamá era Élida Olga”, relató.
Por otra parte, dijo que volvió “muchas veces” a la a la playa en Goya: “En 2011 hubo sentencia en la causa Goya donde se investigó el secuestro y desaparición de mi mamá y para mi reconstrucción volví cuanto pude, siendo grande ya, ya también he vuelto con mis abuelos. Desde 2005 en que se reabre esa causa, volví con la mirada puesta en otras cosas más allá del paisaje del río tan precioso”. “Hablamos con los vecinos, con la familia que nos encuentra, hicimos actos y pusimos una placa por mi vieja, todo también en función de buscar testigos”, señaló.
Admitió que “volver a Goya fue más difícil para mí, a sus tradiciones, a una ciudad donde el Ejército es un actor principal en la ciudad me costó mucho ver una actuación del Ejército muy grande en los carnavales, lo cual me impresionó mucho, y la sociedad correntina que es tan conservadora y discriminadora”.
“En la sentencia de 2011 el grupo de tareas, que hacía lo más sucio, era un grupo de morochos, entre ellos había caras de guaraníes, y es muy terrible pensar que son los mismos que 500 atrás vivieron lo mismo y tantos años después identificándose con el agresor torturan y matan mientras que un rubio alemán era el comandante del Escuadrón que daba las órdenes. Esto da un poco la dimensión de quienes llegan al poder, quienes eligen las estrategias, de qué mano de obra se sirven”, analizó.
Además, cuestionó que en esta causa “quedan muchísimos puntos oscuros porque desde que se presentaron los alegatos hasta ahora pasó mucho tiempo”. “Cuando nos enteramos el jueves que la sentencia iba a ser en Concepción del Uruguay nos amargó mucho y me puse a repasar los alegatos. Es impresionante y la sensación es que si no lo hacemos nosotros, la Justicia no avanza y el Poder Judicial no investiga, así que con el grupo de querellantes veremos en qué avanzamos y en qué no, porque no nos da el cuerpo ante tantas cosas”, culminó.
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