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Por Guillermo Alfieri*
Crónicas en Claroscuro
 
El honesto proceder de Delfor Brizuela

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Fecha:07/06/2017 12:02:00 
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Entristece la noticia de la muerte de Delfor Augusto Pocho Brizuela, a los 88 años de edad, en la ciudad de La Rioja. Amaina el pesar el recuerdo de episodios en los que el dirigente político tuvo un papel protagónico, en proyectos de interés social, frustrados por el pragmatismo oportunista, intereses reaccionarios y la violencia inquisidora. Por caso, Pocho Brizuela presidió en bloque de diputados del Partido Justicialista cuando se trató la iniciativa de cooperativizar la explotación de tierra, improductiva por abandono de la sucesión propietaria. Mi oficio permitió apreciarlo en el intenso propósito de evitar que la traición se impusiera a las expectativas populares. En esa derrota, quedó en pie el honesto proceder de un riojano cabal, con quien soñé en estas noches de otoño.

Pocho Brizuela nació el 17 de enero de 1929. Estudió Ciencias Jurídicas en la Universidad Nacional de Córdoba y se diplomó de abogado en 1955, con juvenil militancia en el peronismo. Se casó con Beba Lanzillotto, integrante de familia numerosa con variedad en identificaciones partidarias y convivencia pluralista. De distintas corrientes se nutrió la profética pastoral que lideró el obispo Enrique Ángel Angelelli, arribado a La Rioja en agosto de 1968. Delfor Brizuela fue un laico activo, parte de un grupo de defensores de sacerdotes y civiles detenidos a partir de 1972, como consecuencia de largo prólogo de la represión que se amplificaría a partir del 24 de marzo de 1976.

A partir de la realidad palpable, surgían en la diócesis ideas para superar problemas. Si los empleados estatales veían congelado el sindicato que los agrupaba, era cuestión de reanimarlo. Si los obreros mineros eran explotados, cabía que lograran derechos vigentes con la organización gremial. Si en Aminga existía un latifundio cargado de malezas y yuyos, la solución era recuperarlo con participación campesina. A ese fin se creó la Cooperativa de Trabajadores Amingueños Limitada (Codetral), cuando la provincia permanecía intervenida. Profesionales y técnicos de una gama de especialidades aportaron a la solidez del diseño de Codetral, para garantizar su funcionamiento.
En la Casa de Gobierno la carpeta fue aceptada y recibió un trámite de avance. De cualquier forma, el proceso electoral estaba en marcha y correspondía a las instituciones de la democracia pronunciar la palabra definitiva. La reforma en curso inquietó al feudalismo. Los Cruzados de la Fe tomaron cuerpo, con respaldo de tenebrosas delegaciones de Tradición, Familia y Propiedad, más la gestión de servicios de inteligencia. Codetral no era digerible para los beneficiarios de la postergación social. Marchas y contramarchas. Incendios, golpes y balazos para imponer el miedo. Carlos Menem, candidato principal del PJ en la provincia, anunció su identificación con Codetral.

El proyecto de ley ingresó a la Legislatura (unicameral), apenas asumió el gobierno, el 25 de mayo de 1973. Disidentes del PJ y la bancada radical operaron para torcer la índole de la idea original. Para ellos, la cooperativa debía ser una fachada empresaria, que desdibujara el sentido de solidaridad y estableciera parcelas, con riesgos económicos que conducirían hacia el fracaso. El 22 de agosto de 1973, la esencia de Codetral fue eliminada.
Pocho Brizuela habló largo y tendido, conmoviéndonos. “Este proyecto ha sufrido un calvario que lo ha llevado a este estado de muerte, de fusilamiento. Nosotros nos mantenemos fieles y no estamos dispuestos a prestarnos a este juego, que huele realmente a traición”, dijo con un nudo en la garganta. A su turno, Menem mostró la hilacha al indicar que promulgaría lo resuelto por la Legislatura. Como Pilatos, se lavó las manos.

La dictadura nos desparramó. También a familiares de Beba y Pocho, detenidos, desaparecidos, exiliados y robados en su infancia. Reencontré al matrimonio, con tres hijos y tres nietas, cuando presentamos en La Rioja El Libro de Alipio Tito Paoletti, en marzo de 2009, y nos brindó albergue en su casa de Sanagasta. Allí compartimos el asado convocante, repasando anécdotas, con la fraternidad que desconoce el sectarismo. En estas noches soñé que hacíamos la apuesta de encontrar un lugar común a cristianos, paganos, ateos y agnósticos, bajo la mirada cósmica del obispo Angelelli, que el próximo 17 de junio cumplirá 94 años, amado por la gente pobre y aborrecido por la pobre gente.


*Periodista - Escritor
Publicado el 05 de junio de 2017
@alfieriguillermo
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