El contraste no fue buscado. Ocurrió que pensaba destacar el periodismo de Juan Carlos Del Messier, en programas de radio Mitre, y en paralelo leí un texto de Miguel Bravo Tedín, con la reseña de novedades lexicológicas que operan en favor de la incomunicación, al igual que la difusión de hechos inexistentes o distorsionados. Detalles de criterios y la constante formación para el trabajo que expone Del Messier, son la otra cara de la moneda de los curiosos frutos de la precariedad de la actitud y de recursos para ejercer el oficio. Por supuesto, nadie está a salvo de errores y hasta de horrores lo grave es no hacer lo necesario para evitarlos o repararlos.
“Hablar para el …”, es el título de la pieza incluida en el libro “Episodios-históricos”, editado en La Rioja. Contiene colaboraciones de Bravo Tedín para medios gráficos de esa provincia, Córdoba, Buenos Aires y Salta. En la introducción explica: No es cuestión de sabiduría o astuto encuestador o lingüista experimentado. Es cosa de cuando uno está viendo televisión o escuchando radio, tener a mano un papelito y una birome para anotar la catarata de huevadas, palabras inventadas o confundidas (…) y así hasta el infinito”.
El sayo de lo que señala Bravo Tedín no le cabe a Juan Carlos Del Messier, santafesino, hincha de Unión, que se inició en LT9 y se afincó en Buenos Aires. Profesor de música y solfeo, en el ISER obtuvo el título de locutor profesional. En 1987 ingresó en radio Mitre y como movilero del servicio informativo dio los primeros pasos en el periodismo. Pertenece a la planta permanente, ronda los 60 años de edad, y conduce dos programas: “Vivamos la Vida”, los domingos de 11 a 14, y “De la noche a la mañana”, de lunes a jueves, de 1,30 a 5 de la madrugada. Con conocimiento de lo que aborda narra y dialoga, informa y entretiene. Voz agradable, lenguaje coloquial, sencillo sin ser trillado, preciso y conciso. Oraciones armadas con la eficacia de sujeto, verbo y predicado, en ese orden.
Miguel Bravo Tedín admite que es lógico y razonable que los seres humanos, en su afán de comunicación, fabriquen palabras, las acorten, las ensanchen, las alarguen y las achaten. No concede esa franquicia a los ejemplos que brinda: preparamiento por preparar mandatorio por mandato mastondonte por mastodonte sacar en concluso por conclusión o concluyendo desaparecimiento por desaparecer o hacer desaparecer interperrita por impertérrita. En el territorio de las impropiedades, Bravo Tedín apuntó que alguien se refirió al “hondor del pozo” otro atribuyó a una señora parir a su “segundo primogénito” un tercero mencionó “excavaciones cartesianas”, cuando son artesianas y tienen como fin que el agua salga a la superficie, sin que tenga nada que ver el filósofo René Descartes. Para el manual de sucesos irreales, sumo el del periodista porteño que reiteró varios días: los productores entrerrianos se concentran en el acceso al puente que une Paraná con Santa Fe por entonces corría el año 2008 y lo que existía era el túnel subfluvial, inaugurado el 13 de diciembre de 1969. El puente es un proyecto, que se concretaría en 2018.
Juan Carlos Del Messier se colocó una varilla alta en materia de modelo en su oficio: Hugo Guerrero Marthineitz, que le dio pelea a la mediocridad. Como Jorge Conti y Juan Puchulu, no deja de tenerle miedo al micrófono. Recurre a la biblioteca tanto como a Internet. Arranca sus programas sin improvisación, con secciones fijas, con soportes literarios y miles de grabaciones musicales de su propiedad. Las eventualidades son menores y las cubre sobre la marcha. Si incurre en un furcio lo advierte y corrige, a veces avisado por los activos oyentes.
Ya que estamos, si me encuentro con Bravo Tedín voy a trasmitirle una inquietud que, quizás, es de menor importancia. Resulta que en noticieros televisivos de Paraná ganó terreno una complicada construcción oracional, del siguiente tenor: el acto se realizará en lo que es el Parque Urquiza la herida afectó lo que es la espalda de la víctima. Me permito la pregunta: por qué no decir que (…) se realizará en el Parque Urquiza y que (…) afectó la espalda de la víctima. Según la filóloga española María Moliner Ruíz (1900-1981) el prescindible añadido se denomina anacoluto, que significa apartamiento del rigor sintáctico. Y provoca ruido molesto en la comunicación, agregaría yo.
La calidad y amplitud del lenguaje que se le reconoce a Juan Carlos Del Messier, no tiene secretos. Mucha lectura de lo escrito por Borges, Bioy Casares, Mallea y otros autores menos conocidos. No perderse los estrenos cinematográficos conocer el lugar que se habita, recorriéndolo aprovechar los viajes para algo más que el registro turístico. Escuchar radio. Prestarle atención a la palabra propia y ajena. Conjugar bien los verbos. Ser lo más explícito posible para que el otro lo entienda. No ir nunca desnudo de ideas ante el micrófono, sino con el abrigo de pensar qué necesita la gente para sentir que el que le habla no es un improvisado.
*Periodista - Escritor Publicado el 07 de noviembre de 2016 |