Heródoto es considerado el Padre de la Historia. Su obra inmortal consta de nueve libros, que contienen los acontecimientos habidos desde los tiempos fabulosos hasta el año 409, antes de Cristo. Ryszard Kapuściński es valorado como uno de los grandes periodistas del siglo XX, cronista de notables sucesos mundiales. Las respectivas existencias transcurrieron a 2.500 años de distancia. Sin embargo Kapuściński realizó Viajes con Heródoto, en el que encontró, según reveló, su alma hermana.
Estimo a Kapuściński (1932 – 2007) como un guía esencial para ejercer el periodismo. Estudió en la Universidad de Varsovia, cuando en la ciudad polaca eran todavía evidentes los estragos de la guerra, iniciada en 1939 y finalizada en 1945. En la academia, una profesora despertó el interés por Heródoto, autor de la Historia, escrita en dialecto jónico, hasta que se multiplicaron las traducciones. Kapuściński consiguió la de su idioma. En coincidencia, la agencia de noticias en la que trabajaba, le encomendó ser corresponsal en la India.
Corría 1955, el joven polaco se preguntó cómo hizo el antiguo griego para recoger información, sin disponer de bibliotecas, archivos y recortes de prensa guardados en abultadas carpetas. Pasando páginas de la Historia, a Kapuściński le quedó en claro que Heródoto fue curioso, observador, buscador de testimonios y andariego sin pausa, durante casi toda su vida, que se extendió de 484 - 409, antes de Cristo.
De lo que vio y le contaron, Heródoto sacó conclusiones y atesoró conocimientos. En propósitos, actitudes y aptitudes en el registro de los textos, Kapuściński descubrió las rotundas afinidades con el referente ineludible y tomó la decisión de hacer dos recorridos: en uno cumpliría con las obligaciones laborales y en el otro seguiría las expediciones del antecesor griego.
Viajes con Heródoto, es el libro número 14 de Kapuściński, editado por Anagrama. En 308 carillas se desarrollan relatos. Con frecuencia, la palabra del periodista moderno se complementa con la del historiador griego de hace tanto rato. En tipografía diferenciada dice Heródoto:
(…)Así nos lo cuentan persas y fenicios, y no me meteré yo a decidir entre ellos, inquiriendo si la cosa pasó de este o de otro modo. Lo que sí haré, puesto que según noticias he indicado ya quién fue el primero que injurió a los griegos, será llevar adelante mi historia y discurrir del mismo modo que los sucesos de los estados grandes y pequeños, visto que muchos que antiguamente fueron grandes, han venido a ser bien pequeños y que, al contrario, fueron antes pequeños los que hoy son grandes. Persuadido, pues, de la inestabilidad del bienestar humano, haré mención igualmente de unos y de otros.
La evaluación de Kapuściński desemboca en el resumen: la Historia de Heródoto es el primer gran informe del universo conocido. Su autor está provisto de una intuición, una vista y un oído de periodista. También es incansable. Maravilla con su resistencia y nada parece capaz de desanimarlo ni de infundirle miedo o, al menos, nunca lo menciona. No culpa al ser humano, sino al sistema. Es un radiante defensor de la libertad y la democracia, y enemigo del despotismo, la autocracia y la tiranía.
Por supuesto, las condiciones han cambiado para el ejercicio del periodismo. Kapuściński pudo usar bibliografía, hemeroteca, archivos de todo tipo, instrumentos de comunicación y decenas de recursos más, como los medios de transporte. Ahora, las fuentes de datos parecen infinitas. Los otros mundos se exponen en la pantalla. Otras culturas sirven de espejo para comprendernos mejor a nosotros mismos. Aún así, cada mañana a la salida del sol, invariablemente, Heródoto reanuda su viaje. Palabra de Ryszard Kapuściński, el mismo que avisó: Los cínicos no sirven para este oficio.
*Periodista - Escritor
Publicado el 29 de mayo de 2016
|
Envíenos su consulta o comentario.
Recomendar esta noticia
